Imagina un paisaje de lagos y bosques de abetos. Ahora cúbrelo de nieve y hielo. Imagina un silencio absoluto y un frío glacial. ¡Ya estás en Laponia!
Siempre había dado por hecho que Laponia era un destino caro y, aunque seguro que puede llegar a serlo (y mucho) también existen opciones que - como la que escogimos - están al alcance de casi cualquier bolsillo: CampAlta, un conjunto de cabañas sin más lujos que las saunas sobre el lago helado y un paisaje irrepetible.
Vale la pena reservar el grueso del presupuesto para las actividades de ocio, y es que si viajas hasta aquí no puedes dejar de probar las excursiones en motos de nieve, acercarte a conocer el famoso hotel de hielo de Jukkasjärvi o experimentar el mushing (la conducción de trineos de perros).
Después de unos días de largos paseos por Estocolmo y de una primera noche movidita a la “Caza de la Aurora Boreal”, despertamos al este de Kiruna, en una cabaña frente al lago helado. Por delante, tres días para vivir la insólita experiencia del Gran Norte.
Siempre había dado por hecho que Laponia era un destino caro y, aunque seguro que puede llegar a serlo (y mucho) también existen opciones que - como la que escogimos - están al alcance de casi cualquier bolsillo: CampAlta, un conjunto de cabañas sin más lujos que las saunas sobre el lago helado y un paisaje irrepetible.
Vale la pena reservar el grueso del presupuesto para las actividades de ocio, y es que si viajas hasta aquí no puedes dejar de probar las excursiones en motos de nieve, acercarte a conocer el famoso hotel de hielo de Jukkasjärvi o experimentar el mushing (la conducción de trineos de perros).
Como suele pasar en los viajes con amigos, los recuerdos imborrables pertenecen a los momentos sencillos: el ritual de la sauna, los intentos de pesca en el hielo, los paseos en esquís… De entre todos, me quedo sin dudarlo con el de la barbacoa improvisada en medio del lago helado: ¡es imposible que una hamburguesa sepa más a aventura!
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