Así que nuestras verdaderas Navidades no empiezan con el Calendario de Adviento sino el día en que el Tió se instala en casa. Como os expliqué el año pasado, su llegada es todo un evento y empieza con una mágica exploración por el jardín en busca de nuestro invitado de honor.
Al rato de encontrar al Tió nos percatamos de que este año venía acompañado de sus amigas las termitas. Ups. Tocaba explicar a las peques que el Tió se había puesto enfermo y que íbamos a fabricar uno nuevo… Las niñas no estuvieron nada de acuerdo: ¡cómo íbamos a abandonar a nuestro querido Tió cuando más nos necesitaba! … y claro… tenían razón…
Tras consultar con los expertos, preparamos una super-inyección de agua , azúcar y polvos mágicos, especial para eliminar bichos y tapar agujeros… El Tió pasó la noche envuelto en una manta, esperando a que la cura hiciera efecto… Al día siguiente ¡nuestro Tió se había recuperado! Con un color más saludable… quizá un poco más gordo… una corteza algo más rugosa… en fin, leves efectos secundarios de la medicina ;)
Cuando la revives a través de los ojos de tus peques, la Navidad recupera toda su magia...
¡Ojalá esta inocencia dure muchos años!
¡Ojalá esta inocencia dure muchos años!
¿Cuál es tu tradición Navideña preferida?
Preciosas las dos: vaya par de enfermeras!! "Pero mamá, cómo se te pasa por la cabeza abandonar nuestro Tió??",,, Es que en estas fechas hay que estar todo el día en modo NAVIDAD-ON, o nos cazan (al vuelo!!). Bss
ResponderEliminarSi... suerte que lo pudimos remediar porqué estuvieron preocupadísimas durante todo el día ;) Ahora están súper orgullosas de haber curado al Tió!
EliminarUn abrazo